Correr no es de cobardes, o la crónica de mi primera carrera

Hace dos meses y catorce días me ejercité como improvisado baloncestista y lancé a la basura el que prometí sería mi último paquete de tabaco.  Hoy casi 300 km. de entreno después, tengo la oportunidad de hablaros de una soleada mañana en la que tras muchos preparativos, he afrotado una carrera conmigo mismo.

Técnicamente la historia se puede resumir en que físicamente he ido regulando para llegar, en el calor y los nervios, en dos km. finales de repechos en los que he tirado de orgullo y de mente, sufrimiento que ha concluido con una marca aceptable dadas las circunstancias, 1h. 50' 18'', pero eso ha sido lo de menos, de entrada, ya lo era.

Pero si pudiera haceros una foto de mi alma, la impresión gráfica es la de una enorme sonrisa.  El placer de correr hoy se ha multiplicado, y la vida me ha dado la oportunidad de compartir 21,097 km. de charlas con un Amigo al que causalmente he ido reencontrando en diferentes etapas durate los últimos 35 años, no siempre han sido situaciones que quiera recordar, y la de hoy es con la que me quedo.  Un millón de Gracias Munta, me has llevado en volandas hasta la meta.  "Excelente runner y mejor persona".

Por el camino, soy incapaz de describiros la Felicidad de recibir los ánimos de mis Amigos, o los aplausos de mi Familia, cruzar la meta, brazos en alto con mi hijo, todo un triunfo ¡¡.

Correr no es de cobardes. 

A tí, runner, no puedo explicarte nada que no sepas, y a tí, lector anónimo que intentas entender porque corremos, te animo a que te atrevas a intentarlo, a que inicies la aventura de conocerte un poco más a tí mismo.

"La victoria que hoy parece fácil, fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas".

Antes de empezar

Albert en un segundo plano, para la foto...

De charla y de risas, mi hijo Sergi animándonos ¡¡

Momento de Felicidad en la llegada con mi hijo Sergi, y mi sobrino Edgar